viernes, 6 de septiembre de 2013

Amo todo.


"Los sueños, sueños son" -  Pero ella no lo es: Es realidad y sueño. Celeste ya va a cumplir 7 años, no soy su mamá, soy su prima / hermana mayor. Me hace tan feliz que amo hasta cocinar para ella y pintar cuanto papel se nos encuentre.


Soy adulta ya, y no es un sueño, paso mis dias en el trabajo (entre los dos) y a veces se queda en casa con mamá para hacerle compañía y ser cuidada por ella, mientras yo, entre quehaceres, la extraño. Hace dos días tuve un sueño, uno de esos que sientes que lo vives. Sentí la caída, la brisa de la carretera, su manito en mi mano cantando juntas una canción que decía: "Amo todo, amo todo". Íbamos en un carro mirando los arbolitos y su voz realmente penetraba en mi corazón. Recordé muchas etapas en nuestras vidas: Fue la primera bebé a la que le cambié el pañal.

Realmente el amor de un niño cambia la vida a cualquiera, y ella me transformó en algo bonito que aún me dura. Ha hecho sensible la roca de mi insensibilidad, ha cambiado mis circunstancias por oportunidades. Así esté cansada me hace jugar con ella y pintar, y volver a tener 7 de nuevo.

Te amo Celeste.
Tu hermana mayor.




martes, 3 de septiembre de 2013

lunes, 4 de junio de 2012

Pescados y otras experiencias


La pesca era la actividad favorita del Abuelo. Se levantaba a las 4AM y su fiel Panchito le esperaba en la puerta, sacaban el Jeep Willis gris del 88, y salian con la parte trasera llena de redes. Encontraban a Don Alfonso en Santo Tomás, el señor que cuidaba el bote, y con un grito particular el abuelo le avisaba su presencia (me aprendí esa forma de llamarlo como un lorito para ese entonces). Pasaban todo el día y la noche en vela de un buen pescado, pero cometiendo un crimen por partes: Usaban dinamita para obtener la mayor cantidad de presas posible. No demoraban mucho, obtenian mayor cantidad pero causaban un daño.

Una noche, el abuelo en casa adorado y mimado como siempre, se recostó a dormir un poco. Su sueño se vió aterrador cuando en un instante soñó que un gran pez negro se lo devoraba y en sus entrañas, éste tenía todos los cartuchos de dinamita que eran lanzados al rio, y explotaba y mi abuelo moría en sueños. Los dientes del pex extraño eran aterradores, amarillos y filudos. Por dentro su carne roja y a temperaturas elevadas se parecían al mismo infierno, caliente, mal oliente, oscuro y tenebroso. En un instante, el abuelo volvió a despertarse. Lloró como nunca lo habia visto hacerlo. Pidió perdón a Dios por lo que había estado haciendo, entre lágrimas nos abrazó y nos hizo jurar que jamás hiciéramos lo mismo. No solo era el susto de un mal sueño, era la conciencia con la que nos educaría el resto de nuestras vidas: Conciencia bosquesina, amazónica, sostenible y responsable. El error que cometió, no volvió a cometer. Llevaba las redes y esperaba más aún, o quizás ayudado con un anzuelo. Pescó mucho más que antes, y por el camino venía dando a la gente de la comunidad algunos peces para la comida, me enseñó a compartir. Cuando llegaba a casa, lo primero que hacía es enseñarme paso por paso cuales eran las especies que había pescado, yo alegre las arreglaba para que sean cocinadas. Mis favoritas eran las Palometas y los Sábalos. Aún recuerdo el olor de esas mañanas, el abuelo hizo bien.

Luego de años, la edad pasó factura y le dijo que era hora de desplazarse menos. Vendió el bote y toda una era murió con ese gigante de aluminio. Aún quedan las fotos y las innumerables historias de una selva fantástica que he amado desde la primera vez que vi al abuelo levantarse muy temprano para ir a conocerla. Mi abuelo ama tanto este lugar que si algún día muere, quiere que esta tierra sea aquella en donde él vuelva a formar parte: Aquí quiere ser enterrado.

miércoles, 18 de enero de 2012

¿Y Ahora qué?




He terminado la vida Universitaria, esa vida de excesos, tonterías, acercamientos cuasi perfectos al mundo real, análisis y (choques) debates políticos, peleas innecesarias y burocracia empedernida en romper nuestros moldes de la paciencia. Es, un capítulo de la vida más, pero cada autor se pregunta lo que vendrá después. Si no tiene la mínima idea, entonces no va a escribir nada (ni a nadie).
El último día de clases, mi profesora de Literatura Francesa nos dijo: “Bueno, ahora realmente comienza la vida, algunos de ustedes tendrán que buscar un trabajo, postular a una beca en el extranjero, o casarse y formar una familia”. Casi todas las cosas que dijo me dieron miedo, me da miedo a veces de romper el molde de mi vida, al extremo de decir que soy algo cobarde. Tengo que superar lo último, sino no viviré y seré devorada hasta por la más mínima intención de estafa de alguna aguajera de Iquitos.
Buscar trabajo. Buena alternativa, es más, tengo uno pero no es a tiempo completo. Soy la primera en llegar y la última en irme. Las tardes son un infierno, odio hacer nada. Significa estar echada en mi cama pensando en cualquier tontería de capítulos pasados de mi vida que ya no debería de acordarme, es más, por derechos de autor he incinerado hojas de hojas de esos temas. Pero la ociosidad es madre de todos los vicios, y como toda buena madre en sus ratos con ella te hace acordar tus más mínimos defectos y sucesos. Me quejo de poco, al parecer, pero les aseguro que no van a querer pasar una tarde conmigo y mis dilemas existenciales, es más, van a salir corriendo.
Beca en el extranjero, buena idea. La burocracia peruana universitaria local aún no me ha dado mi título, osea por un papel paso de largo los períodos de convocatoria para una beca internacional, aunque este año tengo chamba, chau sueño, al menos por un año.
Casarme y formar una familia, tengo miedo. Haber, recontemos mis antecedentes de miedo: padres incompatibles y psicológicamente inmaduros, abuelos estables pero con una diferencia de edades abismal, ex novios psicólogos o músicos tratando de solucionar mis dilemas existenciales (o incrementándolos de manera astronómica) mis miedos y mis torpezas, ¿Ya ven? Es algo difícil. Creo que el amor y todo eso es para la gente que ha tenido una vida fácil, osea una familia estable, vida con problemas menores, etc. y que pueden dar estabilidad a otras personas. Es mentira esa tontería que nos vendían cuando éramos niños en esos cuentos de hadas que obligatoriamente teníamos que leer en el colegio, sino nos desaprobaban, ¡Imagínense, por leer mentiras! Ojalá que cuando era niña, a mis compañeros les hubieran hecho leer a Julio Verne, como yo lo hacía a hurtadillas de la biblioteca de mi madre. Bien decía mi abuela: La escuela, poco o nada te apunta hacia la vida real.
En conclusión de este post, mi “Ahora que” aún no ha quedado resuelto. En vez de emocionarme de que “mi vida recién comienza”, tengo dudas, pocas esperanzas y miedo, hay una jauría de lobos que ha estado esperando por mí desde hace muchísimo tiempo, aunque tengo buenas espadas, de vez en cuando me cansa el hombro o la mente domina a mis fuerzas. Me he pasado leyendo “El Principito” y finalmente le entiendo por qué dice que “las personas adultas son extrañas”, y en esta transición como una adulta, ciudadana, poseedora de DNI azul más, vivo quejándome un poco, como el resto en un mundo con recesión, crisis, guerras, papeleos burocráticos, colas y más dolores de cabeza. 

domingo, 8 de enero de 2012

hijos de otra parte.



Asesinos sueltos, personas con educación incompleta sentados en un curul decidiendo el destino de una patria confundida, una sospechosa de un asesinato convertida en modelo de pasarela, "héroes" condecorados por un alcalde que no sabe el concepto de la palabra o más que todo, la palabra "modelo".

El alcalde de Iquitos condecoró, sin razon alguna, a un comediante que poco o nada ha hecho por la sociedad peruana (e iquiteña) en el día del Aniversario de esta ciudad, portal hacia el rio Amazonas, comienzo de historias peculiares y antiguo centro latinoamericano de comercio. Lo que concluyo al tratar de entender todo es lo siguiente, de existir cultura en esta ciudad, es una cultura que no está orientado al espíritu humanista, osea algo vago y popular. El Iquitos de antaño se jactaba de tener uno de los primeros cines en la patria, de tener un centro de cultura inspirado en los espíritus ancestrales europeos humanistas y letrados, y aunque maltrataba al indio habitante de sus tierras, trataba de traer sus tradiciones excepcionales hacia la urbe. Todo eso ha muerto (para la gran mayoría)

Formo parte de un grupito de personas, que de vez en cuando tratamos de salir a la luz, de traer todos esos espíritus culturales que hacen que la gente piense, deduzca cosas, cree, y haga cosas por ellos mismos. Un espíritu hermoso de cooperación humana que engrandece a la humanidad, a una ciudad, a un pueblo, que pocos entienden o han entendido cuan importante es, desde su perspectiva plana y vacía de ver la vida.

Esa gente, nos hace sentir como bastardos, gente poco querida en un pueblo algo fantásma como se está volviendo, gracias a ellos mismos. De vez en vez tratamos de darle vida, una vida que se merece, a un pueblo de miles de personas con las calles perforadas y llenas del tóxico humo proveniente de los mototaxis.

Me siento hija de otra parte, solo tengo que descubrir donde. Cuando pensé en escribir esto, me dijeron que la biblioteca Amazónica abrirá sus puertas en Marzo, pero sin fondos del estado. ¿Ven a lo que me refiero?

lunes, 14 de noviembre de 2011

Premoniciones







La semana pasada resté un año a los que me quedan por vivir. Hacemos todo a la inversa, en vez de festejar un "año más de vida" nos acercamos un día más a la muerte. Al menos, usamos esa excusa para que en ese día, tanto ser humano que pueda, se acuerde de que nos quiere y nos haga lugar en este vasto mundo de seres extraños y caras poco familiares.




El sábado antes de la celebración anticipada, tuve un sueño: Un joven misterioso, me decía al oído "roll, baby roll... let it roll baby roll". El sonido era tan suave que me gustaron aquellos pequeños quejidos en mi mente. Reconocí ese aura en mi sueño; Jim Morrison havía venido a mi cabeza a decirme lo que iba a pasar.


"Keep your eyes on the road, your hands upon the wheel
Keep your eyes on the road, your hands upon the wheel
Yeah, we're goin' to the roadhouse
We're gonna have a real
Good time"



La voz me despertó ese sábado en la mañana. En la noche, recorrí el camino, o comencé a recorrerlo, de la celebración. Le dí dos lapos a mi amigo para que vuelva a la vida normal. Miércoles, recibí las doce con unos amigos a quienes quiero, el jueves comí torta de chocolate y el sábado celebré la vida de nuevo. Que tal semana! Morrison jamás se equivoca, jamás se equivocó... solo se fue muy rápido.

Al terminar el día domingo en una piscina conversando sobre la vida, entendí el mensaje, la guía.

I let it roll, baby, I did.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Carta al genio de las mil caras




“Somos quien somos y es
Cosa vista por dentro lo que fuimos”

Hombre de las mil caras, de las cuales solo cinco o quizá más fueron conocidas para el velo descubierto del mundo frígido, tenso, al que llamamos real. Sabías perfectamente la hora de tu deceso, tanto que ni siquiera te tomaste la molestia de escribir alguna reunión o un café en tu agenda: las estrellas ya te habían dicho que no llegarías a ver el sol.

Te tomaste la molestia de ser mil seres humanos en uno solo, o quizás en ninguno: Eras intuitivo, desosegado, melancólico, futurista hasta poeta que no hace poesía o que le cuesta admitir lo que hace. Te rehusaste a usar una silla para escribir, creías en las almas activas en un mundo de sombras y misterios; tanto que cada vez que mencionaban tu nombre, redundantemente preguntaban: “¿Quién?”.

En tus mil maneras y formas, desnudaste el alma del ser humano de tal forma que nadie se escapa de ninguna de tus palabras, todas ellas nos sujetan a piedras en los talones, y mismas tus palabras nos dejan sin caminar. A la vez te escondiste por mucho tiempo del mundo: querías ser un extraño. Fantasma viviente, vida de niebla, misterioso, trotamundos pero en ninguna parte. Habías leído las cartas de los que en esta generación buscamos formas para hacer lo mismo: desaparecer, dejando huellas aquí y allá.

Al mundo dejaste tus proyectos secretos, y tu secta de “máscaras” o “personas” que al final eras tú mismo, de diferentes colores y formas de pensar pero siendo los mismos en esencia, en astro, en virtudes y algún rasgo casi invisible pero notable. Los únicos sonidos que mi mente desea escuchar a leerte son aquellos de misterio, de un universo multi-partito pero eurocéntrico, o con el centro en alguna parte. Te hago mío, a ti y a tus miles, para desaparecer entre la niebla y sentir que tu misión se ha completado. Estás riendo con frialdad en el otro extremo de la vida, al que pasamos todos al descansar, o en tus hojas donde aún siento tus latidos fríos, misteriosos y extraños.

Oh “inventor de otros poetas y destructor de ti mismo”, la luna giraba en torno a tus gafas.