miércoles, 18 de enero de 2012

¿Y Ahora qué?




He terminado la vida Universitaria, esa vida de excesos, tonterías, acercamientos cuasi perfectos al mundo real, análisis y (choques) debates políticos, peleas innecesarias y burocracia empedernida en romper nuestros moldes de la paciencia. Es, un capítulo de la vida más, pero cada autor se pregunta lo que vendrá después. Si no tiene la mínima idea, entonces no va a escribir nada (ni a nadie).
El último día de clases, mi profesora de Literatura Francesa nos dijo: “Bueno, ahora realmente comienza la vida, algunos de ustedes tendrán que buscar un trabajo, postular a una beca en el extranjero, o casarse y formar una familia”. Casi todas las cosas que dijo me dieron miedo, me da miedo a veces de romper el molde de mi vida, al extremo de decir que soy algo cobarde. Tengo que superar lo último, sino no viviré y seré devorada hasta por la más mínima intención de estafa de alguna aguajera de Iquitos.
Buscar trabajo. Buena alternativa, es más, tengo uno pero no es a tiempo completo. Soy la primera en llegar y la última en irme. Las tardes son un infierno, odio hacer nada. Significa estar echada en mi cama pensando en cualquier tontería de capítulos pasados de mi vida que ya no debería de acordarme, es más, por derechos de autor he incinerado hojas de hojas de esos temas. Pero la ociosidad es madre de todos los vicios, y como toda buena madre en sus ratos con ella te hace acordar tus más mínimos defectos y sucesos. Me quejo de poco, al parecer, pero les aseguro que no van a querer pasar una tarde conmigo y mis dilemas existenciales, es más, van a salir corriendo.
Beca en el extranjero, buena idea. La burocracia peruana universitaria local aún no me ha dado mi título, osea por un papel paso de largo los períodos de convocatoria para una beca internacional, aunque este año tengo chamba, chau sueño, al menos por un año.
Casarme y formar una familia, tengo miedo. Haber, recontemos mis antecedentes de miedo: padres incompatibles y psicológicamente inmaduros, abuelos estables pero con una diferencia de edades abismal, ex novios psicólogos o músicos tratando de solucionar mis dilemas existenciales (o incrementándolos de manera astronómica) mis miedos y mis torpezas, ¿Ya ven? Es algo difícil. Creo que el amor y todo eso es para la gente que ha tenido una vida fácil, osea una familia estable, vida con problemas menores, etc. y que pueden dar estabilidad a otras personas. Es mentira esa tontería que nos vendían cuando éramos niños en esos cuentos de hadas que obligatoriamente teníamos que leer en el colegio, sino nos desaprobaban, ¡Imagínense, por leer mentiras! Ojalá que cuando era niña, a mis compañeros les hubieran hecho leer a Julio Verne, como yo lo hacía a hurtadillas de la biblioteca de mi madre. Bien decía mi abuela: La escuela, poco o nada te apunta hacia la vida real.
En conclusión de este post, mi “Ahora que” aún no ha quedado resuelto. En vez de emocionarme de que “mi vida recién comienza”, tengo dudas, pocas esperanzas y miedo, hay una jauría de lobos que ha estado esperando por mí desde hace muchísimo tiempo, aunque tengo buenas espadas, de vez en cuando me cansa el hombro o la mente domina a mis fuerzas. Me he pasado leyendo “El Principito” y finalmente le entiendo por qué dice que “las personas adultas son extrañas”, y en esta transición como una adulta, ciudadana, poseedora de DNI azul más, vivo quejándome un poco, como el resto en un mundo con recesión, crisis, guerras, papeleos burocráticos, colas y más dolores de cabeza. 

No hay comentarios: