martes, 2 de junio de 2009

Capítulo IV: Hasta luego...

Temprano. Seis de la mañana era un horror para una jóven intranquila y dormilona,aunque no vaga ni fútil del todo, a menos que el corazón o alguna otra ocasion especial la despierte y la arranque de los brazos de morfeo tan bruscamente. Quizas ansiedad pero en este caso emoción. -¡El viaje! - decia entre su mente. La felicidad de ver a su familia luego de muchisimo tiempo, a sus tías, primos y gente le resultaba una razón mas que suficiente para levantarse. Tomar desayuno, vestirse muy glamorosa, quisaz casi como una diva. Vanidad de mujeres, típico síndrome sobre to do en chiquillas que mueren por aquella nueva chaqueta que salió en la televisión.

Llegó al Aereopuerto. Sus ojos contemplaban los cielos tan azules y claros. A la perfección de la naturaleza ante sus ojos y los albores que siempre veía todos los dias durante los pocos veinte años de su vida.

Su madre la miró entre sollozos...- Cuidate mucho mi nena- dijo. - Estaré bien madre de mis amores... No es un adiós recuerda, solo son vacaciones... Será hasta luego.

Diciendo eso, se subió al avión, contando las horas y recontando recuerdos. Sebastián era aquella parte débil de su fuerte existencia. Haber besado esos labios le habia hecho inmune a muchisimas cosas. Ya no queria amar a nadie mas que a ella misma. Quería inventar toda clase de pretextos y cosas que alejen su universo lejano, su vida paralela de él. Ya no daba para mas... ¿Pero que hacia? ¿Qué pasaba?... Se acercaba mas a él..

El avión que ella tomaba era hacia su misma puerta, figuradamente hablando. Tarde o temprano la memoria sucumbiria ante las emociones de un corazón malditamente enamorado, y la ira y el enojo se transformaria en una lágrima de aquella niña que alguna vez, con los ojos fijamente puestos le habia dicho: "Hasta luego"..

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