lunes, 16 de marzo de 2009

Capitulo I : Arroz Chaufa

Doce de la noche, una de tantas frías, el intenso crujido estomacal la despierta... "Tengo hambre" dice dentro de si. El cerebro ya quiere descansar, pero el cuerpo es uno solo... el estomago y sus deleites forma parte de él. Dice: mm, que tengo en la cocina...?. Haber: huevos, arroz, mm... kion, y cebollita china... oh! y Salchichas! ... ¡Ya se! - exclama - ¡Voy a preparar el arroz chaufa más rico k pueda!.

Así lo hizo; primero puso aceite en la misma sartén de todos los días, y cuando el ruido de la ebullición hubo pasado, soltó la esencia de kion.. luego el huevo, luego lo revolvió con el arroz.... le añadió la salchicha, le puso alguito de sillao, ajinomoto, la cebollita china picada y listo!...

Luego, cuando ella creyo haber terminado de hacerlo, una voz familiar sonaba dentro de su cabeza: "Échale alguito de azucar y verás como sale"... Un profundo suspiro sale desde adentro de ella. A la bellisima Eliana Ponce le costaba comer arroz chaufa sin acordarse de su amado. Dejó de lado el pensamiento por un momento y dijo dentro de si: "Ya fue... tengo hambre... comeré".

La voz aun no se iba de la cabeza de Eliana. Trataba de masticarlo y degustarlo, pero un recuerdo tras otro invadia su mente... Habia amado demasiado... Luego se dio cuenta que lo poco de arroz chaufa que habia quedado en el plato, se habia convertido en una sopa de arroz y agua aceitada... sus lágrimas eran la causa de ello... repugnancia total a sus ojos... Dejó de comer. Pero mas allá de la repugnancia y todo lo demás, era la voz en su cabeza, el nudo en su garganta y el latido indiscutiblemente del corazón lo que le decian.... no, simplemente no.

Es imposible creer lo que un simple arroz chaufa puede haberla llevado a otra de sus noches deprimentes... Le hizo asistir otra noche más al funeral, donde ella se ubicaba en el féretro... No era el alimento lo que la agobiaba. Era la voz del recuerdo, de muy adentro de sí, que desde hacia algunos años ocultaba pero todas las noches sacaba aquella cajita vieja y empolvada y hacia correr la misma melodia ... triste y desolada... Él ya no estaba.

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