A nuestros pies (y mas debajo) un payaso y sus malabares equívocos recuerdan que no todo es dificil, y la carcajada inesperada aumenta el nerviosismo de seguir cruzando. Los elefantes saltarines y el león con el domador estan allí, luego del acto del payaso, para sorprender en tan ecuánime forma de desafiar los miedos humanos.
Y mientras seguimos cruzando, con los ojos cerrados dibujando aquel espectáculo, a paso lento avanzamos. El titiritero ya guardo a sus pequeñas creaciones, el público se ha puesto de pie. Es hora de abrir los ojos, ya es el fin de todo, todos aplauden, se cierra el telón.
Gracias vida, has sido todo un circo.
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