viernes, 11 de junio de 2010

La niña prefiere las cajas de cartón






A los cinco años me resigne totalmente a las casas de Barbie; para mí eso significaba un mundo pre-fabricado del cual solo debia disponer para reordenar las cosas, crear una idea en base a una existente. A los cinco años, Platón que para ese entonces hubiera significado "un plato gigante", dominaba mi mente sin que yo me imagine que así sea. No sabia lo que pensaba, menos aún cuan grande era el grado de locura o madurez de mis ideas. Hay niños que piensan mucho mas maduramente que un adulto de 30 años de edad, así que poner una edad a la maduración es como decir con exactitud cuando lloverá (hora, minutos y segundos precisos).

En fin, a quien le importa lo que haya pensado, solamente lo que hice asombra, y yo me incluyo dentro de ese grupo de boquiabiertos. Amaba las cajas de cartón: las de fósforo me alocaban! las de medicinas vacías tambien, las cajas de perfumes, esas coloridas, eran de mi preferencia, entre otros pero al fin todas eran cajas. 

Recuerdo que a los seis años tome una aguja, hilo, goma, palitos de chupete entre otros utensilios de bricolage y decidi construir mi casita de muñecas. Al diablo lo demás, la casa perfecta está en mi cabeza. Comenzé cosiendo los extremos de la caja, pinchandome los dedos en el camino, luego poniendole vigas en algunos lados como en las puertas (los palitos de chupete), luego hice las divisiones cosiendo los pedazos de cartón restante y el mundo donde alguien iba a vivir me estaba quedando demasiado bonito. 

Al haber terminado el armazón, comenze a  pintarlo de muchos colores, manché mi blusa favorita, una amarilla de muchos "Piolines" en ella pero aún así estaba contentisima. Inagure la casa con Barbie, ken y otra de sus amigas del mercado de inframundo (muñeca barata pero aun así un juguete) un día de esos, con bombos y platillos, pero ellos se rehusaron a vivir ahí. La casa era demasiado diferente para su mundo de plástico. Así como el agua y el aceite, el plastico y el cartón aparentemente estan por ahí, pero no pueden estar juntos.

Yo opté por el cartón, por crear mi propio futuro, por seguir mi propio destino y por armar mi propia casita. Por ratos sangrando, por ratos sudando, algunas veces la cabeza me dolió, pero esta niña, al fin y al cabo amaba construir su mundo en casa de cartón.

(Luego de que Barbie y Ken tomaran sus pertrechos y se vayan de la casa, esta fue habitada por Pepe el grillo, cruelmente asesinado luego por el baygón de la abuelita).


Fin.

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